Un año después de la muerte del mapuche Camilo Catrillanca, baleado por la policía, se realizaron varios actos en su honor en Chile, en medio de una crisis social que ha afectado al país durante casi un mes.
Camilo Catrillanca, de 24 años, murió en una operación policial en el sur de Chile a manos de un comando policial de las fuerzas especiales. Los agentes ocultaron las grabaciones que demostraban que el joven recibió un disparo cuando, desarmado y sin provocación, conducía un tractor junto con un niño menor de 15 años.
Inicialmente, la policía dijo que la muerte de Catrillanca ocurrió durante un enfrentamiento en medio de acoso a sospechosos de robo de tres vehículos.
Aún en la etapa de investigación, el asesinato costó el puesto del jefe de policía de la época y generó manifestaciones en Santiago y la región de La Araucanía (sur).
En medio de la explosión social que ha estado ocurriendo durante casi un mes en el país y el esfuerzo político para salir de la crisis, cientos de manifestantes se reunieron en la Plaza Italia de Santiago, el epicentro de las protestas, para honrar a Catrillanca. Cuatro personas que se identificaron como miembros de la familia dijeron una oración mapuche, y allí se colocó un guñelve (estrella mapuche).
Al final de la tarde, se repitieron incidentes aislados en Santiago durante las protestas, como en el centro de Valparaíso, donde una marcha terminó con enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
En la ciudad de Temuco, a 800 km al sur de Santiago, en la región de la Araucanía, donde están asentadas la mayoría de las comunidades mapuche, el grupo étnico chileno más grande, se informaron algunos enfrentamientos con la policía. La familia Catrillanca fijó la fecha con una ceremonia discreta y un llamado a recordar la tragedia pacíficamente.
"Le estamos diciendo a la gente que pueden hablar en voz baja para que el espíritu de mi hijo descanse en paz y que las fuerzas policiales tampoco se excedan", dijo su padre, Marcelo Catrillanca, a la radio Cooperativa.
Acuerdo constitucional
En este escenario de máxima tensión, las fuerzas políticas están tratando de aprobar en el Congreso un acuerdo sobre una nueva constitución para salir de la crisis, la mayor desde el regreso a la democracia después de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La oposición ha llegado a un acuerdo sobre una propuesta de Asamblea Constituyente, que es rechazada por el gobierno. Con la crisis, la administración de Sebastián Piñera acordó cambiar la Carta Magna a través de un "Congreso Constituyente", que incluye a ciudadanos y parlamentarios.
Una enmienda constitucional requiere que se apruebe un alto quórum, con dos tercios de ambas cámaras. Este no es un escenario posible ni para la oposición ni para los partidos gobernantes, por lo que se verán obligados a negociar.
“Cualquier salida a la crisis implica respetar la institucionalidad. Nadie tiene el 2/3. Entonces tenemos que negociar con la derecha ”, dijo el jueves el senador del Partido Demócrata (PPD), Felipe Harboe.
“Es hora de rendirse. Los que se rinden a Chile no son humillados ”
