Sindicatos, grupos estudiantiles e indígenas están marchando en las principales ciudades de Colombia para aumentar la presión sobre el gobierno del presidente Iván Duque.
Las protestas comenzaron hace casi dos semanas con cientos de miles de personas participando en manifestaciones.
Las demandas de los manifestantes son amplias e incluyen hacer que el acceso a la educación sea más accesible.
Las dos partes deben reunirse nuevamente el jueves, pero hasta ahora se ha avanzado poco en las conversaciones entre ellas.
'Nos siguen matando'
El comité que representa a los manifestantes le entregó al presidente Duque una lista de 13 demandas. Entre ellos, el gobierno cumple con sus obligaciones bajo los términos del proceso de paz firmado con los rebeldes de izquierda de las Farc en 2016, y hace más para evitar los asesinatos de activistas sociales y ex rebeldes.
Algunos de los manifestantes acusan al presidente Duque, que se opuso al acuerdo de paz, de intentar socavarlo.
El comité también quiere garantías de que la edad de jubilación no aumentará y que el salario mínimo no se reducirá para los jóvenes. El presidente Duque niega tener planes para cambiar tampoco y dice que los manifestantes están siendo manipulados por sus rivales políticos.
Después de la muerte de un joven manifestante luego de ser alcanzado por un proyectil disparado por la policía antidisturbios, el comité también está pidiendo que se desmantele esa fuerza. Dilan Cruz, de dieciocho años, murió después de ser golpeado en la cabeza por un puf redondo, un saco de tela lleno de plomo.
El presidente Duque descartó disolver la fuerza antidisturbios.
También ha pedido un "gran diálogo nacional" para discutir las demandas de los manifestantes, pero el comité detrás de las protestas ha exigido que las conversaciones sean únicamente entre él y el gobierno, ya que teme que otros grupos representados los "diluyan".
El miércoles, grupos indígenas se unieron nuevamente a las protestas en la capital, Bogotá. El grupo de derechos indígenas Onic dice que más de 100 indígenas han sido asesinados desde que el presidente Duque asumió el cargo, muchos de ellos son blanco de grupos paramilitares y bandas de narcotraficantes que operan en sus tierras.
"¡No pueden seguir matándonos!" ellos gritaron.
