El periodo estival, conocido por su energía y alegría, también puede plantear desafíos, especialmente cuando se enfrenta con precaución. Especialistas en salud y climatización ofrecen valiosas recomendaciones para sobrellevar las altas temperaturas y evitar complicaciones asociadas.
Según la Onemi, una ola de calor se define cuando la temperatura supera la máxima promedio mensual durante tres días o más. En Chile, la zona centro-sur se ha visto significativamente afectada por el calentamiento global, experimentando un aumento de casi dos grados en las temperaturas promedio.
El calor puede tener impactos severos en la salud, desde deshidrataciones hasta insuficiencias cardíacas. Nilo Aguilera, médico y jefe de cardiología de la Clínica Indisa, advierte sobre la importancia de estar alerta a los síntomas y tomar medidas preventivas.
Buena hidratación:
El agua emerge como el principal antídoto contra los efectos del calor. No solo al sumergirse en piscinas o duchas, sino lo más crucial, ingerirla. "Durante el verano, es necesario beber agua permanentemente, incluso sin sentir sed", señala Alfredo Labarca, médico urgenciólogo de HELP. La sed ya es un indicador de deshidratación, por lo que se recomienda llevar consigo una botella de agua y consumirla regularmente.
No existe una cifra única para la ingesta de agua en días calurosos, pero las recomendaciones de la OMS sugieren entre 2 y 2,5 litros por día. Sin embargo, las necesidades varían según el caso, considerando condiciones médicas específicas.
Los signos de deshidratación incluyen mucosas secas, orina escasa o muy oscura, dolores de cabeza y decaimiento. Es esencial prestar especial atención a personas extremas en edades, como bebés y ancianos quienes pueden presentar cuadros más graves sin poder comunicar adecuadamente sus sensaciones.
Respetar la Exposición Solar
Evitar la exposición directa al sol entre las 11 y las 16 horas es lo ideal, según Labarca. Sin embargo, reconoce que durante las vacaciones, este consejo puede ser desafiante. En caso de exponerse, el uso de protector solar con un factor mínimo de 50 es imprescindible para prevenir quemaduras y posibles cuadros de insolación.
Es importante reaplicar el protector solar cada dos horas, especialmente si se entra al agua. Nelson Navarrete, dermatólogo y académico, advierte que el protector solar no otorga inmunidad al sol y no debe confundirse con una invitación para exponerse extensamente. Preferir la sombra y utilizar accesorios como gorros y sombreros también son medidas efectivas para prevenir insolaciones y deshidrataciones.