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Aguas Antofagasta: Obras sanitarias priorizan el uso de nuevas tecnologías

 

El crecimiento de las ciudades, el sostenido incremento de la población y los procesos de modernización, van acompañados de la ejecución de un robusto plan de inversiones para la mejora continua de la calidad del servicio de la empresa sanitaria, lo que ha sido acompañado con el uso de nuevas tecnologías, que permiten reducir los impactos y mejorar los tiempos de ejecución de los trabajos. 

 66% de los trabajos realizados por Aguas Antofagasta, utilizan nuevas tecnologías que permiten reducir tiempos de ejecución y minimizan impactos en el entorno de las obras.

“Estamos en una mejora constante de nuestro servicio y por eso nuestras inversiones en nueva infraestructura vienen acompañadas -en los últimos cinco años- de tecnología poco invasiva para disminuir el impacto en las calles que debemos intervenir. Actualmente más de dos tercios de las obras que ejecutamos para mejorar las redes sanitarias utilizan tecnología poco invasiva”, explicó Paula Carrasco, Directora de Asuntos Corporativos de la sanitaria, recordando además que “esa es la forma que tenemos en Aguas Antofagasta para aportar al desarrollo de las comunidades que atendemos y avanzar a la par con el crecimiento que ha tenido la región”.

Plan de Desarrollo 

Cada año, Aguas Antofagasta formula un Plan de Desarrollo, validado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, el cual considera todas las obras imprescindibles para la mantención del servicio y que requiere de la intervención en terreno de los equipos técnicos de la empresa sanitaria. 

Para minimizar los impactos de los trabajos imprescindibles, desde el 2018 la compañía impulsa el uso de fórmulas menos invasivas como el sistema cracking y el de rehabilitación. El primero es una técnica de renovación de tuberías mínimamente invasiva, cuya finalidad es evitar grandes movimientos de tierra y rotura de pavimento, reemplazando el tubo existente por una nueva tubería de HDPE, a partir de dos aberturas en el pavimento al inicio y término del ducto, con esto se evitan las zanjas. En tanto, el método de rehabilitación implica la inserción de una manga flexible en el interior de la tubería dañada, la que luego se endurece para formar una nueva tubería interna, resistente y duradera. Este trabajo tiene la ventaja de poder desarrollarse en tan solo algunas horas.

“Antes de aplicar estas técnicas menos invasivas, debemos evaluar su factibilidad, según las condiciones del terreno y complejidad de la obra, entre otros factores. Hasta ahora el uso de la metodología de cracking representa el 28% de los trabajos, mientras el uso de la rehabilitación alcanza el 38%”, explica la Directora de Asuntos Corporativos, quien aclaró que también hay trabajos bajo sistema mixto.

Respecto del tercio de obras que se están desarrollando bajo modalidad tradicional, se trata de aquellas en que -por las condiciones del lugar- no hacen factible el uso de nuevas tecnologías. “Sin embargo, ante esa imposibilidad, igualmente se resguarda la mantención del suministro en los hogares, a partir de by pass temporales, que permiten el flujo alternativo de agua potable de forma paralela a los trabajos”, concluyó Paula Carrasco.

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