Antofagasta Minerals registra un sólido crecimiento del 10% en la producción de cobre en el primer semestre del año. Las cuatro compañías del grupo alcanzaron una producción de 295,500 toneladas de cobre fino, superando los resultados del mismo periodo del año anterior. Además, la producción de oro alcanzó las 86,200 onzas y la de molibdeno llegó a 4,900 toneladas.
Destacando su compromiso con la seguridad, Antofagasta Minerals logró mantener indicadores sólidos, sin accidentes fatales y con una disminución de incidentes de alto potencial y accidentes con tiempo perdido.
El control de costos también fue un factor clave para el éxito del grupo, con una reducción del costo neto de caja a 1,75 US$/lb, a pesar de las presiones inflacionarias. Iván Arriagada, Presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals, resaltó la efectividad de los esfuerzos en el control de costos y la importancia de preservar la competitividad del Grupo.
Sin embargo, debido a reprogramaciones en el proyecto de Infraestructura Complementaria (INCO) de Minera Los Pelambres y a la persistente sequía en la región de Coquimbo, se ha ajustado la estimación de producción de cobre fino para este año a un rango de 640,000 a 670,000 toneladas, con un costo neto de caja de US$1,65 la libra, después de créditos por subproductos.
La inversión sigue siendo una prioridad para Antofagasta Minerals, con una proyección de invertir US$1,900 millones durante el año, que incluyen iniciativas para asegurar el correcto funcionamiento de las operaciones y la finalización del proyecto INCO de Minera Los Pelambres. Además, la compañía ha recibido los fondos de la venta de su participación en el proyecto Reko Diq por US$945 millones.
En cuanto al mercado internacional, el Presidente Ejecutivo señaló que la demanda por el cobre se mantiene resiliente, impulsada por la meta global de descarbonización. Antofagasta Minerals ve al cobre como un metal esencial para esta transición energética y aspira a lograr una producción anual de 900,000 toneladas en los próximos años.