El iceberg A23, conocido como el más grande del mundo ha comenzado a moverse después de pasar 30 años estancado. Este iceberg se desprendió de la Antártica en 1986 y después de unos años, quedó encallado en el mar de Weddell debido a su gran tamaño.
A pesar de ser esencialmente una isla de hielo durante varias décadas, el iceberg ha empezado a desplazarse por el océano hacia una zona conocida como el "callejón de icebergs". Este trozo de hielo gigante abarca aproximadamente 3,900 kilómetros cuadrados y tiene una altura (o grosor) de 400 metros, siendo 100 metros más alto que el Costanera Center, el edificio más alto de Chile.
El iceberg mostró signos de movimiento en 2020, pero recientemente ha experimentado un desplazamiento constante. Los expertos sugieren que se dirigirá hacia el extremo norte de la Península Antártica y probablemente será arrastrado hacia la Corriente Circumpolar Antártica, conocida como "callejón de icebergs". Los científicos están monitoreando de cerca su trayectoria, ya que su desplazamiento hacia el Atlántico Sur podría afectar a áreas como las islas Georgia del Sur, creando problemas para la fauna local, incluyendo focas, pingüinos y aves.
El gran tamaño del iceberg también podría alterar las rutas tradicionales de alimentación de estos animales. Además, si se dirige hacia zonas más cálidas, comenzaría a derretirse más rápido, afectando los ecosistemas marinos, ya que los icebergs son de agua dulce.