El día antes de la entrega de los premios Oscar, se entregaron los Razzie Awards a las peores películas del año. En esta edición, las películas "Elvis" y "Blonde" se llevaron los principales premios Razzie.
"Elvis", dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Austin Butler como Elvis Presley, fue galardonada con el premio a la peor película, mientras que "Blonde", dirigida por Andrew Dominik y protagonizada por Ana de Armas como Marilyn Monroe, ganó el premio a la peor actriz.
Además, "Elvis" también se llevó los premios a peor guion y peor actor de reparto, para Tom Hanks. Por su parte, "Blonde" también ganó el premio a peor remake o secuela.
A pesar de estos "galardones", tanto "Elvis" como "Blonde" fueron nominadas a varios premios Oscar en categorías como mejor diseño de producción y mejor maquillaje y peluquería, respectivamente.
Los Razzie Awards son una parodia de los premios de la Academia, y se entregan anualmente para reconocer las peores películas y actuaciones del año. Aunque no tienen la misma relevancia que los premios Oscar, los Razzies suelen generar polémica y críticas por su enfoque negativo en lugar de reconocer el talento y el esfuerzo en la industria del cine.
Es importante destacar que los Razzie Awards no siempre son una medida justa de la calidad de las películas y las actuaciones, y a menudo son vistos como una forma de burla y entretenimiento más que como una evaluación seria del cine. Aunque es cierto que algunas películas y actuaciones son merecedoras de críticas negativas, es importante recordar que la industria del cine es compleja y hay muchos factores que influyen en la calidad de una película.
A pesar de los Razzies, tanto "Elvis" como "Blonde" son películas importantes y han recibido elogios por su diseño de producción, maquillaje y peluquería, entre otros aspectos técnicos. Además, el talento de sus actores y directores ha sido reconocido en otros premios y festivales de cine.
En resumen, los Razzie Awards son una forma divertida de reconocer lo peor del cine cada año, pero no deberían ser vistos como una medida definitiva de la calidad de las películas y las actuaciones.