Descendientes de ambas comunidades en Antofagasta expresaron su rechazo a la situación que viven compatriotas en territorio israelí debido a los recientes ataques entre el grupo palestino radical Hamás e Israel. Después de los ataques ocurridos la madrugada del sábado, la situación del conflicto se ha vuelto tensa, afectando incluso el desplazamiento aéreo y declarando el Estado de Guerra. Esto ha dejado a un grupo de 28 chilenos varados en Israel, sin claridad sobre lo que podría suceder en las próximas horas.
Mónica Carrera, líder del grupo antofagastino varado en Jerusalén, comentó que los vuelos programados para el 7 de octubre fueron suspendidos, y hasta ahora no han recibido una respuesta clara. A pesar de trasladarse a Jerusalén para resguardarse, el hotel actual no cuenta con medidas de seguridad adecuadas. Carrera hizo un llamado a las autoridades chilenas para un plan de acción que garantice la salida segura de los ciudadanos.
Por otro lado, la comunidad israelí en Antofagasta condena los ataques, señalando niveles de violencia sin precedentes. Esther Croudo Bitrán expresó su preocupación por la violencia indiscriminada contra civiles y las cifras escalofriantes de cohetes disparados hacia Israel. La incertidumbre reina sobre el futuro cercano, con los servicios de seguridad centrados en neutralizar posibles actividades terroristas y retomar el control de las zonas afectadas.
Desde la colectividad palestina, Marcos Morales, presidente de la Unión Árabe, resaltó la importancia de respetar el derecho internacional y mencionó incumplimientos por parte de Israel. Lamentó la situación de los chilenos varados y describió a Hamás como un grupo radical que responde a ataques continuos contra la población civil palestina.
Claudio Nazar, miembro de la comunidad palestina en Antofagasta, destacó el conflicto político y el derecho de los palestinos a vivir en fronteras establecidas. Expresó que la guerra es resultado de décadas de opresión, y aunque se ve como un acto rebelde, la situación actual parece más seria.
Ambas comunidades, a pesar de sus perspectivas divergentes, coinciden en la necesidad de buscar la paz y proteger a los ciudadanos atrapados en medio de este conflicto.