Cientos de bomberos luchan por controlar los devastadores incendios que han arrasado barrios enteros en Los Ángeles, dejando al menos cinco muertos, numerosos heridos y más de 1.000 estructuras destruidas.
Las llamas, avivadas por los fuertes vientos de Santa Ana y la extrema sequedad, comenzaron en Pacific Palisades y se extendieron rápidamente a otras zonas, incluyendo Altadena, Santa Clarita y las colinas de Hollywood. Lugares icónicos como el Teatro Dolby, el Paseo de la Fama y el Hollywood Bowl están dentro de las áreas de evacuación.
Más de 100.000 personas han sido desalojadas, mientras que 300.000 hogares permanecen sin electricidad. La emergencia ha llevado los servicios de bomberos al límite, y estados vecinos como Nevada, Oregón y Washington han enviado refuerzos para combatir los incendios.
El gobernador Gavin Newsom destacó que los incendios, antes estacionales, ahora son un problema perenne en California debido al cambio climático. Por su parte, la alcaldesa Karen Bass enfrentó críticas por recortes al presupuesto de los bomberos.
Con vientos de hasta 160 km/h, las condiciones para apagar el fuego son catastróficas, según meteorólogos. El humo, visible desde Santa Mónica hasta las montañas de Santa Mónica, evidencia la magnitud del desastre.