El cáncer es una enfermedad sumamente compleja de tratar, y generalmente la enfermedad persiste o vuelve, ya que el cáncer se regenera mediante nuevas células. Sin embargo, un tratamiento experimental realizado en 2010 podría cambiar la manera de tratar esta enfermedad, según revela un nuevo estudio.
Se trata del caso de Doug Olson, enfermo de leucemia, a quien los médicos trataron con una terapia genética experimental que transforma sus propias células sanguíneas en asesinas de cáncer. Pasado 10 años logran evidenciar, que no hay señal de cáncer en su organismo.
De hecho, Olson no fue el único en someterse al tratamiento experimental y otro paciente también fue curado, según médicos de la Universidad de Pennsylvania que dijeron que era la primera vez que un estudio de la enfermedad se extendía por tanto tiempo.
Sus médicos describen los dos casos en un estudio publicado el 2 de febrero en la revista Nature. Afirman que los dos cuerpos demuestran que el tratamiento, llamado terapia celular CAR-T, puede combatir el cáncer inmediatamente, además, mantenerse en el organismo durante años y desarrollarse para mantener a raya la enfermedad. Esos llamados“fármacos vivientes” son utilizados ahora por miles de personas en el mundo para tratar ciertos cánceres sanguíneos.
Dicho tratamiento consiste en recolectar células T del enfermo —las células sanguíneas blancas que son cruciales en el sistema inmunitario— y modificarlas genéticamente en el laboratorio para que busquen y ataquen las células cancerosas. Se le transfieren las células modificadas al paciente por vía intravenosa.