La Universidad de Antofagasta, a través de su Centro de Investigación Avanzada del Litio y Minerales Industriales (CELIMIN), está liderando un ambicioso proyecto para el desarrollo de baterías avanzadas en la región. Desde la creación de la primera celda de ion-litio en 2015 hasta la fabricación de baterías de litio de 1Ah y 4.0 V en 2019, el centro ha venido avanzando en la investigación y la producción de baterías sostenibles y eficientes.
Explorando Nuevos Materiales para Mayor Eficiencia
El CELIMIN ha estado trabajando en la exploración y desarrollo de nuevos materiales catódicos para aumentar la vida útil de las baterías. Se han enfocado en elementos disponibles en Chile, como Boro, Sodio, Cobre, Magnesio y Hierro, con el Litio como elemento central. Esta aproximación busca evitar el uso de materiales como el Cobalto, promoviendo un enfoque más sostenible y local.
Aprovechando los Recursos Regionales
La riqueza de recursos en la región de Antofagasta ha sido fundamental para los avances logrados. El CELIMIN ha aprovechado el Sulfato de Litio como precursor, un compuesto abundante en Chile y menos tóxico que otras opciones. La alianza con SQM ha sido crucial en este aspecto, permitiendo la creación de nuevos procesos para la producción de materiales avanzados sustentables y la manufactura de baterías de litio.
Hacia un Futuro Sostenible y Energético
La colaboración entre la Universidad de Antofagasta y SQM ha llevado al desarrollo de prototipos de baterías de mayor capacidad, que podrían tener un impacto significativo en el almacenamiento de energía y la movilidad eléctrica. Con la meta de crear un prototipo de batería de entre 6 y 10 amperios-hora, la universidad está contribuyendo al avance tecnológico y a la promoción de un futuro más sostenible en la región y más allá.
La iniciativa liderada por la Universidad de Antofagasta a través de su Centro de Investigación Avanzada del Litio y Minerales Industriales es un ejemplo claro del potencial de la investigación y la colaboración para impulsar la innovación y la sustentabilidad. La exploración de nuevos materiales, el aprovechamiento de los recursos locales y la asociación estratégica con SQM demuestran cómo la academia y la industria pueden trabajar juntas para abordar desafíos globales como el almacenamiento de energía y la reducción de residuos. Este esfuerzo pionero no solo tiene el potencial de impactar en el ámbito científico y tecnológico, sino también en la economía regional y en la construcción de un futuro más verde y consciente del medio ambiente.