Ciudadanos alzaron la voz en contra del partido AFD, debido a sus ideales impopulares que dicen, se expande por todo el país.
Las arterias urbanas de las principales ciudades alemanas se han visto saturadas de manifestantes en los últimos días, levantando su voz contra el partido Alternativa para Alemania (AFD), al que acusan de difundir políticas de extrema derecha en todo el país. Respaldados por organizaciones no gubernamentales, partidos políticos y sindicatos, miles de ciudadanos han tomado las principales vías de las metrópolis más importantes del país. A pesar de que la AFD se posiciona como la segunda fuerza política en intención de voto, las protestas exigen la ilegalización de este partido.
El canciller Olaf Schoz, aludiendo a la trágica historia pasada, declaró: "Si hay algo que nunca más podrá tener cabida en Alemania es una ideología racial nacional-socialista", llamando a los demócratas a unirse en las calles para demostrar que Alemania "ha aprendido del pasado". Entre los planes del AfD, destaca el controvertido "plan maestro de remigración", que pretende expulsar del país a los ciudadanos no alemanes con asilo o incluso residencia. Además, se contempla la deportación de alemanes de origen extranjero que no se adapten a la "sociedad mayoritaria".