en la comuna de Curacautín, Chile. El primero de los fallecidos, Víctor Hugo Balmaceda, de 51 años y residente de Cipolletti, Río Negro, murió instantáneamente cuando su camión, que transportaba gas licuado de petróleo (GLP), volcó en una curva. El camión sufrió un fuerte impacto y quedó volcado en la carretera, lo que también provocó una fuga de gas.
Pedro Alberto Eliceche, otro camionero argentino y compañero de Balmaceda, al ver el accidente, detuvo su camión para socorrerlo. Sin embargo, mientras intentaba auxiliar a su amigo, sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció en el lugar.
El rescate de los cuerpos fue complicado debido a la fuga de gas provocada por el accidente, lo que representó un riesgo adicional para los equipos de emergencia. Las autoridades locales continúan investigando las causas del siniestro, aunque se sospecha que el vuelco podría haber sido consecuencia de una maniobra incorrecta
Ambos camioneros eran empleados de la empresa rionegrina Tortoriello, dedicada al transporte de cargas peligrosas, y la noticia ha causado gran conmoción en la comunidad de transportistas.