La ciudad de Acapulco sufre una tragedia a raíz del huracán Otis, un monstruoso ciclón de categoría 5 con vientos de 165 mph. El huracán ha dejado un rastro de devastación que apenas comienza a ser evidente tras más de dos días desde su paso. Las comunicaciones siguen siendo limitadas, la electricidad cortada y las carreteras bloqueadas, mientras el aeropuerto ha sufrido graves daños.
El saldo actual de víctimas fatales asciende a 27, pero se espera que este número aumente. Los daños, particularmente en los hoteles de gran altura, parecen ser extremadamente severos, con videos mostrando la destrucción de edificios similares en Cancún y Cozumel durante el huracán Wilma en 2005. Otis ha estallado ventanas y paredes, esparciendo los contenidos de las habitaciones por las calles de Acapulco.
Whoaah!! This is the state of the control tower at Acapulco International Airport after Hurricane Otis chewed it up. The widespread destruction caused by this beast is absolutely astonishing and terrifying ????????
— Volcaholic ???? (@volcaholic1) October 27, 2023
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Además de los daños impactantes en los rascacielos, se reportan inmensas pérdidas y destrucción en barrios más modestos de la ciudad, con detalles limitados debido a desafíos continuos de transporte y comunicación. Otis representa el huracán más fuerte registrado en México desde el Pacífico. Y en octubre, México ha experimentado dos de los diez huracanes más fuertes en su historia.
Por otro lado, Tammy, que fue reconstituida como una tormenta tropical, se encuentra actualmente en las cercanías de Bermuda, pero se prevé que se aleje hacia el Atlántico Norte. Mientras tanto, hay señales de desarrollo en el Caribe a finales de octubre, lo que podría causar lluvias intensas en la región.
En otra área, la Invest 92E genera tormentas desorganizadas a lo largo de la costa del Pacífico en América Central y se pronostican lluvias significativas para El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras en los próximos días. Las previsiones a largo plazo sobre el destino de este disturbio son inciertas. Las autoridades siguen monitoreando de cerca estas perturbaciones y sus posibles impactos en la región.