Giovanni Segovia, de 36 años, lleva más de dos décadas coleccionando Barbies, una pasión que comenzó en su adolescencia cuando, a los 13 años, pidió una muñeca Barbie como regalo de Navidad. Sin embargo, su deseo fue negado por su familia, quienes se oponían a que un niño tuviera este tipo de juguetes. A pesar de la negativa, Giovanni nunca se rindió y siguió persiguiendo su sueño de coleccionar estas icónicas muñecas de Mattel.
Con el tiempo, su pasión por Barbie se convirtió en una parte fundamental de su vida. Trabaja en el área administrativa de una empresa de toldos, pero su faceta más conocida es la de ser el mayor coleccionista de Barbie en Chile. En su hogar, tiene una impresionante colección de más de 320 muñecas, cuidadas con esmero y exhibidas en repisas y vitrinas que convierten su habitación en un auténtico museo de Barbie.
Para Giovanni, Barbie ha sido mucho más que un simple juguete. Ha sido una terapia y una fuente de alegría, un refugio que le ha permitido restaurar su alma y mantener viva su pasión a pesar de las adversidades y los estereotipos de género impuestos por la sociedad.
Su historia es un ejemplo inspirador de perseverancia y valentía, mostrando que los sueños pueden superar cualquier barrera y que el amor por una pasión puede llevar a construir una colección llena de significado y valor sentimental. Giovanni Segovia ha demostrado que la pasión no tiene género y que el coleccionismo va más allá de las expectativas sociales, convirtiéndolo en un verdadero embajador de la diversidad y la inclusión. Su historia nos recuerda que los sueños no tienen límites y que seguir nuestra pasión puede ser la clave para encontrar la felicidad y plenitud en la vida.
