Desde los laboratorios del Ibbtec en Santander, Federica Bertocchini da acceso a los medios de comunicación para informar un nuevo descubrimiento científico que podría alterar la batalla contra la contaminación plástica. La bióloga molecular e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) comparte su relato en una charla con el medio "Divergentes", (Periodismo de investigación internacional), y muestra al mundo cómo este revelador hallazgo podría ser un arma contra la crisis de plástico que nos aqueja. Aunque la polución por plástico nos afecta diariamente, Bertocchini nos brinda una luz de esperanza en la lucha contra este problema monumental.
La historia de Bertocchini es la de una casualidad que cambió el rumbo de la investigación. Mientras que diversos estudios han demostrado que los microplásticos llegan incluso a nuestros pulmones, la científica y sus colegas persisten en su búsqueda incansable de una solución. Su hallazgo, producto de una inesperada circunstancia, ha desencadenado una serie de posibilidades sorprendentes en la lucha contra la contaminación por plástico.
La bióloga molecular del CSIC, en un giro inesperado, encontró un gusano con una facultad singular: la capacidad de descomponer el plástico. Federica Bertocchini comparte sus descubrimientos con asombro, revelando que el gusano responsable de este asombroso fenómeno lleva el nombre de Galleria mellonella. Lo que empezó como un accidente se convirtió en un hito científico de proporciones inesperadas.
Este intrigante incidente ocurrió mientras Bertocchini limpiaba sus colmenas, llenas de gusanos. Colocó a los gusanos en una bolsa, solo para descubrir, tras un breve lapso, que la bolsa estaba perforada. Los gusanos, al parecer, no estaban devorando el plástico, sino ejecutando un proceso químico de gran complejidad. Intrigada por este comportamiento, la científica comenzó a investigar en profundidad.
"Empezamos a analizar que químicamente estaba ocurriendo; primero, observamos oxidación, luego degradación", detalló Bertocchini. "El gusano produce un filamento que eventualmente forma un capullo. Estos filamentos, en contacto con el plástico, desencadenan la degradación. Comenzamos a examinar la saliva del gusano y realizamos análisis químicos, revelando que la saliva puede descomponer el polietileno", explicó la científica.
Pero, ¿ cómo podemos aprovechar esta reveladora información? Bertocchini y su equipo del CSIC han identificado dos proteínas en la saliva del gusano, logrando reproducirlas en el laboratorio. Al poner a prueba el producto resultante, lograron replicar el mismo efecto de descomposición en otros tipos de plástico.
"Existe una imperiosa necesidad de encontrar métodos para abordar los desechos. Aunque el reciclaje es valioso, solo algunos plásticos son reciclables", concluyó Bertocchini. Su trabajo, guiado por la curiosidad y el azar, podría convertirse en una clave para enfrentar la crisis plástica que enfrentamos en la actualidad.
