El presidente de Chile, Sebastián Piñera, firmó el lunes un referéndum sobre una nueva constitución, que prometió generaría un "marco sólido, compasivo y legítimo" que ayudaría a reunificar al país después de nueve semanas de intensa protesta. sobre la desigualdad y el elitismo.
Piñera dijo que el plebiscito, que fue aprobado por el Congreso la semana pasada y que se realizará el próximo año, iniciará un proceso de "participación ciudadana amplia y efectiva".
"Es de suma importancia recuperar el valor de la unidad, del diálogo, de los acuerdos, especialmente con aquellos que piensan de manera diferente", agregó.
Los chilenos decidirán el domingo 26 de abril si quieren una nueva constitución y si lo hacen, si el organismo que redacta el nuevo documento debería ser una asamblea elegida popularmente o una mezcla con los legisladores actuales.
La constitución actual del país se remonta a la dictadura militar de 1973-1990 del general Augusto Pinochet y, según los críticos, no garantiza la atención médica, la educación y la participación ciudadana en el gobierno.
La eliminación de la antigua constitución surgió como una de las principales demandas de los manifestantes que se han movilizado en todo el país durante los dos meses.
Una encuesta realizada por Cadem el mes pasado sugirió que el 82% de los chilenos cree que el país necesita una nueva constitución y el 60% quiere que sea redactada por una asamblea elegida popularmente, en comparación con el 35% que quiere una mezcla con los políticos.
El presidente dijo que esperaba que la nueva constitución "sirviera para dejar atrás la violencia y las divisiones que hemos visto resurgir con dolor y tristeza durante estos días".
El viernes, una manifestación trajo escenas caóticas en el centro de concentración de Plaza Italia en Santiago, donde se estima que 1,500 manifestantes se enfrentaron con hasta 1,000 policías, lo que resultó en un manifestante de 20 años atropellado por un vehículo blindado de la policía.