Una mujer radicada en Portugal logró quedar embarazada de su difunto esposo en 2019, cuando se legalizó la inseminación post mortem en el país.
La protagonista de esta historia es Ângela Ferreira, una mujer que lideró toda la batalla por su marido, que murió de cáncer, para tener un hijo en los últimos años.
“Hoy finalmente comparto con todos vosotros la tan deseada noticia. Fueron años de lucha para llegar aquí, el proceso fue largo y doloroso… ¡Pero finalmente lo conseguimos! Con una alegría enorme y el corazón lleno comparto que ahora baten dos corazones dentro de mí”; anunció Ferreira a través de su perfil de Instagram.
Esta mujer lideró todo un movimiento para legalizar la inseminación artificial post mortem y le permitiría utilizar el semen. que su marido dejó criopreservados antes de su muerte.
De hecho, el hombre escribió su deseo de que la mujer pudiera quedar embarazada y tener un hijo juntos, sin importar el destino.
Sin embargo, Ângela enfrentó una batalla legal porque ese tipo de inseminación artificial no estaba legalizado, por lo que no podía utilizar el método.
La fecundación in vitro post mortem (FIV post mortem) es un método mediante el cual se puede extraer el esperma de una persona fallecida para fecundar un óvulo de su esposa viva o utilizar el que dejó congelado, con pleno consentimiento. usarlo después de su muerte.
A pesar de que esta tecnología ha causado controversia, los diferentes países no cuentan con una legislación clara sobre su uso. mientras que en algunos países se le permite a una viuda que lo desee, solo en las primeras horas después de la muerte de su esposo.
La historia de Ângela Ferreira fue compartida en una serie documental de TVI en 2020; Logró movilizar a más de 100.000 personas que firmaron una petición para discutir esta técnica de inseminación artificial en el parlamento.
Tras varios proyectos multipartidistas y un veto presidencial, la inseminación post mortem entró en vigor en Portugal en noviembre de 2021.
El Parlamento aprobó una normativa que permite a una mujer fecundar el material genético de una pareja fallecida. si es un proyecto expresamente aprobado por los padres" y dentro de los seis meses y tres años después de la muerte.
Ângela acudió a un centro especial de fertilidad para realizar el procedimiento; después de una larga espera, logró comprender el sueño de su difunto esposo de quedar embarazada
“¡Gracias a todos por ayudarme a llegar tan lejos, gracias por su apoyo, mensajes constantes y amor! Sin vosotros no hubiera sido posible y por ello mi alegría poder compartir este momento con vosotros”, indicó.
Finalmente, la historia de la mujer que quedó embarazada de su difunto esposo se ha extendido por todo el mundo, ahora se supone que un niño nace solo para ser identificado legalmente por el apellido del padre, aunque ya no esté físicamente presente .