El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, falleció a los 86 años tras una larga batalla contra el cáncer. Su hija, Keiko Fujimori, hizo el anuncio oficial a través de sus redes sociales, expresando el dolor de la familia y solicitando a quienes lo apreciaron que los acompañen en oración por el descanso de su alma.
Fujimori fue una figura clave en la política peruana, recordado por su liderazgo durante los años 90, un periodo en el que implementó medidas económicas que estabilizaron al país después de una crisis inflacionaria. Su gestión fue también marcada por la lucha contra el terrorismo, específicamente contra el grupo guerrillero Sendero Luminoso, lo que le ganó tanto elogios como críticas. No obstante, su gobierno también estuvo plagado de controversias, que incluyeron violaciones de derechos humanos, especialmente en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, lo que lo llevó a ser condenado en 2009 a 25 años de prisión.
Tras pasar más de una década encarcelado, fue indultado por razones humanitarias debido a su delicado estado de salud. Sin embargo, su figura sigue siendo polarizante en el Perú, ya que mientras algunos lo ven como un héroe que estabilizó el país, otros lo recuerdan como un líder autoritario responsable de graves violaciones a los derechos humanos.
La noticia de su fallecimiento marca el fin de una era política en Perú, cerrando un capítulo en la historia del país que continuará siendo objeto de análisis y debate en los años venideros.
